Antes de abrir (o cerrar) un nuevo establecimiento, cadenas como
Starbucks o McDonald's se lo piensan dos veces. Para decidirlo cruzan
millones de datos sobre un mapa digital: renta media del barrio, número
de transeúntes diarios, criminalidad, competencia, precio del metro
cuadrado... Abrir 100 metros calle arriba o abajo supone la diferencia
entre éxito y fracaso. La localización es un factor fundamental y el
mapa ofrece respuestas de un vistazo. Y no, no utilizan Google Maps, ni
Bing ni Yahoo! Utilizan GIS, o sistemas de información geográfica, una
tecnología más antigua y menos sexy pero, según Jack Dangermond,
bastante más efectiva.
La noticia en otros webs
"El 80% de las decisiones que toma una empresa tiene un componente de
localización, es un factor cada vez más importante", explica. Pocos le
ganan en experiencia en el mundo de los mapas. En 1969 Dangermond creó Esri,
una de las primeras firmas dedicadas a los sistemas de información
geográfica. Hoy, 42 años después, sigue en pie, con sede en California y
quizás más relevante que nunca. Cuenta con 6.000 empleados y 350.000
clientes. Casi cualquier organización que necesita analizar información
compleja sobre un mapa está en su lista: cadenas de establecimientos,
petroleras, compañías de telecomunicaciones, eléctricas, administración,
ejércitos, servicios de emergencias...
"El gobierno japonés utilizó nuestro software
tras el último terremoto para analizar sobre la marcha los daños, los
riesgos y la reconstrucción. También estos días el Instituto
Oceanográfico español y Protección Civil, que siguen la evolución del volcán de El Hierro en un mapa y deciden si evacuar o no, qué zonas y cuándo", dice Dangermond. Los ejemplos son infinitos.
Las
grandes mineras no podrían funcionar sin manejar complejos mapas para
descubrir yacimientos. Tampoco las eléctricas ni las gestoras de aguas,
que necesitan monitorizar geográficamente el estado de su red de
abastecimiento y saber al instante dónde surgen problemas. O las firmas
de transporte como FedEx y UPS, siempre en busca de las mejores rutas
para reducir costes.
Curiosamente, lo que Esri no ha conseguido en
40 años, adaptar la tecnología GIS al ciudadano de a pie, lo ha logrado
Google en apenas cinco. Aunque Dangermond matiza. Ni a él le ha
interesado servir al consumidor ni las tecnologías son comparables.
"Google Maps es fantástico, ha conseguido que la gente entienda y maneje
información geográfica. Pero es solo una visualización, son datos muy
sencillos. No puedes gestionarlos ni analizar miles de variables sobre
un mismo mapa para tomar decisiones complejas. Eso solo es posible con
tecnología GIS", explica.
Y lanza otro ejemplo más terrenal, el
registro catastral de los ayuntamientos. "No lo pueden mantener con Bing
o Google, necesitan gestionar los datos, almacenarlos y analizarlos.
Esa es la diferencia entre visualización y gestión de la información".
Aún
así, la intersección de la localización, lo social y el móvil es
imparable y Esri han tenido que reaccionar, llevar su tecnología a la
Red y al móvil. En una de sus webs, arcgis.com,
cualquiera puede crear un mapa y representar contenido, como mensajes
de Facebook y Twitter geolocalizados por país o ciudad. "En esta página
se crean dos millones de mapas al día y crece un 30% cada mes. Antes las
empresas necesitaban ver el mapa en un ordenador y almacenarlo en el
disco duro, ahora necesitan verlo online en el móvil o en una tableta. Ahí es hacia donde nos estamos moviendo", explica Dangermond.
El
auge de los servicios de localización trae más problemas. Foursquare,
Facebook, Twitter... gracias al móvil y a las redes sociales todos
podemos ser ubicados. Para muchos supone una bofetada a la privacidad.
"Estamos entrando en un mundo en el que todo lo que se mueva va a estar
localizado. Va a invadir nuestra vida y creo que hay que asumirlo,
superar el miedo. Si no quieres que la gente sepa lo que haces,
desactiva la localización y no utilices estos servicios, pero entonces
quedarás marginado de la sociedad", advierte.
En su opinión, la
gran tendencia que veremos con fuerza en los próximos años será
precisamente esta, la integración de los medios sociales con la
localización y la movilidad. De nada vale esconderse. La gente ya
entiende los mapas y cómo utilizarlos, el siguiente paso será crear
servicios más completos. "Aquí creo que la tecnología GIS jugará un
papel importante", señala.
Apple acaba de apuntar en esta
dirección con la compra de la compañía sueca C3 Technologies, dedicada a
construir mapas 3D en alta resolución. Y Google a partir de ahora
cobrará a los desarrolladores por utilizar sus mapas, prueba del auge de
la localización.
Dangermond está convencido que veremos nuevas
compañías y servicios en este sector, pero critica la tiranía de Silicon
Valley. "Ahora los emprendedores venden su alma a los inversores, a las
firmas de capital riesgo. Un 1% se hace rico, pero el 99% acaba
quemado", asegura. Él montó Esri con 5.000 dólares prestados por su
madre y fue abriéndose hueco a pequeños pasos.
"No quiero decir
que mi camino sea el correcto, simplemente que se puede crear algo sin
venderte a un VC. Si lo haces, nunca más vas a trabajar para tí mismo ni
para tus clientes, trabajarás para el inversor. Y eso arruina el
idealismo", remata.
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